Vamos a ver como se preparan mangos de madera para los aperos, pero al estilo tradicional a la vieja escuela, como decía uno de los protagonistas "era algo que se hacía mientras cuidabas el ganado", cosas que ocupaban las largas horas en el monte cuidando del ganado, costumbre esta que se está perdiendo un poco en pro de otras "un pelín menos sostenibles" por decirlo de una manera suave pero no me voy a extender, ni entrar en harina de otros costales...

Hoy en día, en un tiempo donde todo se compra y todo se fabrica "made in -casa dios-", aún quedan por ahí irreductible míticos que siguen con sus costumbres y tirando de lo que nos da la naturaleza, gestionandolo inteligentemente y con una sostenibilidad (palabro de moda) total.

Hoy hablaremos de los mangos para los aperos, en los pueblos, vivimos días en los que estas partes indispensables se fabrica en fibra de vidrio o se tornean pero hoy vamos a ver un amanera alternativa.

Empezamos esperando el momento idóneo para ir al monte y cortar los palos con la longitud y grosor que necesitemos, ya sea para azadas, rastrillos varios o lo que sea..

-nótese que usé términos neutros y castellanos para no meterme en fregaos de como lo llamamos en cada zona-

Una vez están cortados, aún en verde no se podrían utilizar y en secar tardarían demasiado y aquí las cosas cuando se necesitan, se necesitan para ¡¡ ya !! asi que veamos el proceso desde la madera cortada "en verde" hasta poder usarla:

Encontrado el lugar, encendemos.
Importante un buen fuego.
Todo debe llegar a su punto.
Comenzamos a colocar.
Ya va cogiendo color.
Estado inicial.
Vamos moviendo para no dañar.
Aprieta el calor.
Y ya vamos trabajando la madera.
Este parece que está.
Seguimos.
Una raíz nos puede ayudar.
Increíble lo que puede flexar.
Transformación del estado inicial.
No se para de mover el resto.
Los últimos ajustes.
A limpiar.
Y pelar.
Recogemos y a casa.
El resultado del trabajo.
Todos los derechos reservados © toral@semeyadetoral.comcreado en Bluekea